martes, 28 de mayo de 2013

Manden la Caballería !!!


El título alude a una usual expresión de las películas del far west, comienzo así porque los clásicos deformadores de la realidad pueden interpretarlo como cualquier otra locura…….nada más lejos de mi sentir.

El problema es muy profundo, y evidentemente nuestros gobernantes actuales no están preparados para conducir el país. Están dando manotazos de ahogados. Definámoslo como una mezcla rara de” museta y de mimí” (que proviene de La Boheme de Puccini o del tango, como a usted más le agrade)
Deben entender que no pueden hacer su revolución anacrónica, y mucho menos borrar con el codo lo que escriben con la mano, con recetas tan inauditas como inconducentes.

Se han puesto de moda vocablos como “el modelo”, y “el relato”. Mucha “cháchara” pero en todos los casos no interpretan el sentir de la población.
Acaban de burlarse de nosotros una vez más, y tenemos derecho, a esta altura, a desconfiar de la finalidad última de este blanqueo gratis que nos propusieron hace unos días. Entendemos que va más allá de la necesidad de disponibilidad de dólares.

En todos los órdenes, este modelo actual le ha inferido un daño importante a la República. Podrían rectificar, pero es muy poco probable que lo hagan porque, como dijo Raúl Alfonsín, “no supe, no quise o no pude”.

Este artículo no está dirigido al lanzamiento del plan para atraer dólares no declarados, ni a la conformación del Consejo de la Magistratura, ni a las palabras de ayer de la presidente al conmemorar “la década ganada”. Intenta ir más alla.

Los argentinos no solo pretendemos, sino que exigimos, un país donde el esfuerzo debe rendir sus frutos, donde la responsabilidad debe ser premiada.

Es imperioso que ya mismo se empiece a construir una economía sustentable en el largo plazo. No interesa que sea de crecimiento moderado, pero hay que arrancar ya. Para ello hay que comenzar a fortalecer a la devastada clase media, sin excluir a los más necesitados. 
Se podría comenzar reduciendo los impuestos asfixiantes. Y a la vez fortalecer la hoy deformada cultura del trabajo, fundamentalmente a través del ejemplo desde los más altos niveles y de la educación pública, ofreciendo ofertas educativas de alta calidad.

Existen en el país profesionales y dirigentes muy preparados para encarar un programa de gobierno conforme a un planeamiento previo consensuado.
Pero no se trata solo de gobernantes. Cada uno de nosotros debe llegar tan lejos como nuestro talento e impulso nos lo permita.

Y en tal sentido, las elecciones de este año van más allá que una decisión entre candidatos: deberían ser el comienzo de un camino distinto al actual para nuestro país y nuestras familias, porque de no ser así, estaremos comprometiendo muy gravemente el futuro de nuestros hijos, en un país que aún sobrevive luego de haber soportado los mayores desvaríos.