sábado, 13 de octubre de 2012

Management y Seguridad en un proceso de Calidad Total


Contrariamente a lo que muchos piensan, el ámbito de la seguridad de una empresa no se limita a ser un subsistema dentro del sistema que dicha empresa constituye.

Se entiende por Seguridad aquella situación en la cual los intereses vitales de la empresa se hallan a cubierto de interferencias y perturbaciones sustanciales.

Por lo tanto, decimos que la Seguridad comprende al objeto de su accionar (la empresa misma como un todo), para poder crear las condiciones que le permitan optimizar su rendimiento sin incidencias no deseadas.

Es esencial para la preservación de la entidad de la empresa. Esto no implica que la empresa como tal no deba asumir riesgos, sino que dichos riesgos necesariamente deben ser calculados.

Bastan estos conceptos escritos en apretada síntesis para que el lector comprenda la magnitud y el alcance de la acción de Management en la materia.

Estos lineamientos básicos, que son válidos para cualquier tipo de empresa, parecen estar hechos particularmente a la medida de una empresa logística. La logística comercial moderna se asienta en tres pilares fundamentales: transporte - almacenamiento - informática. Los tres requieren  prevenir su accionar instrumentando medidas de seguridad.

La conducción de la Seguridad implica conjugar secuencial y armoniosamente las acciones de: Planeamiento - Organización - Dirección - Control - Coordinación.

Entendemos por planeamiento el conjunto de actividades destinadas a establecer objetivos, determinar políticas y preparar los planes de seguridad correspondientes, tendientes a apoyar y facilitar el desarrollo de una determinada acción. Acción que debemos interpretar como la razón de ser, la esencia o la finalidad de una determinada empresa.

En cuanto a la organización, es la actividad que consiste en vincular y armonizar todos los medios a disposición, a fin de satisfacer las necesidades  de seguridad con la mayor eficacia y al menor costo.

La dirección es la acción por la cual se guían los medios a disposición según lo planeado, a fin de asegurar el cumplimiento de los sucesivos pasos previstos. Implica la capacidad de modificar situaciones desfavorables, así como la de capitalizar los éxitos obtenidos.


El control comprende una sumatoria de actividades destinadas a evaluar y verificar el desarrollo de la faz operativa y sus resultados.

La coordinación consiste en establecer acuerdos entre las partes constitutivas de una actividad, para asegurar una coherente acción común.

Lo hasta aquí expresado requiere un absoluto rigor profesional, que asegure que todas las actividades, (tanto de planeamiento como operativas), se interrelacionen en todo momento. Para obtener este resultado, la calidad que la actividad requiere debe estar asegurada mediante la sistematización de los procesos.

Una forma de lograrlo consiste en adoptar un Sistema de Calidad integrador de los distintos procesos. En tal sentido, las Normas de Aseguramiento de la Calidad ISO 9000 constituyen un medio apto para la obtención de la finalidad perseguida. Es de destacar que el hecho de hablar de normas y procedimientos, lejos de restarle flexibilidad a la acción, le confiere la versatilidad necesaria para desarrollar una actividad en el marco de la excelencia que impone el mercado actual, particularmente en el ámbito de la logística.

Una gestión eficiente en materia de seguridad empresaria es el resultado de la aplicación de pautas de calidad en todas y cada una de las etapas del planeamiento, así como en cada paso de su ejecución.

Sin embargo, si bien es imprescindible que las compañías cuenten con un órgano de dirección en el campo de la seguridad, no existen recetas preestablecidas para la consecución de objetivos. Cada caso debe ser analizado a la luz de los factores que conforman una situación particular, elaborando su correspondiente diagnóstico.

La instrumentación de las normas ISO 9000 en este área, dada la complejidad de las variables intervinientes, requerirán entonces ser explicitadas conforme a las necesidades de cada caso puntual.

Para concluir, una síntesis de ideas básicas:
El área de la seguridad requiere necesariamente ser gerenciado por personal idóneo. Esto facilitará crear las condiciones para el sano desarrollo de la empresa que se trate, anticipándose a perturbaciones exógenas y optimizando los recursos disponibles.

En el ámbito de la empresas logísticas, lo expresado adquiere una relevancia particular, mucho más aún si se opera con productos de terceros.

El hecho de que una empresa contrate a otra para que se ocupe de la logística le  debe
significar desentenderse de la necesidad de operar una flota, de disponer y mantener depósitos y de ocuparse de las tareas del mundo de la distribución.

Nada de esto puede hacerse sin una Seguridad que incluya una permanente revisión innovadora y eventual rediseño de procesos.

Las Normas de Calidad ISO 9000 constituyen no solo la exigencia del momento, sino un entorno  imprescindible para el funcionamiento global de las empresas.

En materia de Seguridad es necesario  estudiar las experiencias ajenas (en este ámbito, la propia cuesta cara y siempre llega tarde).



viernes, 12 de octubre de 2012

Una aproximación a los Sistemas de Gestión de la Calidad - Normas ISO 9000


Como resultado de la globalización de los mercados, cada vez más se habla hoy en día, también en nuestro país, acerca de Calidad y otros conceptos con ella relacionados, y con bastante frecuencia a poco de tocar el tema escuchamos la referencia a las Normas ISO 9000. 

En razón de tener conocimiento fehaciente acerca del vertiginoso y positivo desarrollo que los Sistemas de Gestión de Calidad tienen en el funcionamiento de las empresas sin importar la dimensión de las mismas, me he propuesto la elaboración de algunos conceptos tendientes a que los  lectores de mi blog obtengan una aproximación referencial al tema.

A los efectos de no abundar en datos históricos, podemos generalizar diciendo que fue en la década del 80 (Comunidad Económica Europea) cuando el desarrollo industrial y tecnológico y por ende el comercio entre los distintos países del mundo incrementó significativamente la competitividad despertando de esta manera un interés internacional que animó a la International Standars Organization (ISO – Organización Internacional de Standarización) con sede en Ginebra,  a redactar normas internacionales para Sistemas de Calidad.
Pero,  ¿Qué entendemos por calidad? es un término de origen latino cuya definición es “Propiedades o atributos que distinguen a las personas, productos y servicios”.

Esta distinción, si bien es cierto implica un nivel de excelencia, en modo alguno requiere lujo o incremento de costo en un producto o servicio; solo requiere que sea el más adecuado para su uso. Es por ello que la Norma de la serie ISO 9000 se refiere a Calidad como “La totalidad de las características de una entidad que le confieren la aptitud para satisfacer las necesidades explícitas e implícitas“. Calidad es entonces para nosotros el camino hacia la excelencia, conformidad con los requerimientos del cliente, aptitud para el uso, ausencia de defectos o contaminaciones según de qué producto estemos hablando.

Tengamos en cuenta entonces que la Calidad  ya no es un medio, sino que es el fin, es el resultado para permanecer en el mercado.
Poder acceder a la Calidad significa también, como dos caras de una misma moneda, que exista una Calidad accesible. Es bueno que sepamos entonces que progresar a través de mejoras no implica necesariamente gastar más dinero. El hecho de sistematizar nuestra actividad en el marco de un conjunto de normas internacionales flexibles como las que hemos referido, debería significarnos la posibilidad cierta de reducir costos al implementar un sistema sin fallas ni gastos innecesarios.

El experto en marketing Philip Kotler sostiene que el objetivo de una empresa no debe ser satisfacer a sus clientes sino deleitarlos. Actualmente los consumidores son cada vez más exigentes y para diferenciarse es necesario encontrar ventajas competitivas.

Un Sistema de Calidad debe permitir realizar los cambios bajo condiciones controladas. Ello implica el control de todos los factores que afectan a los procesos, incluyendo el equipo, el material, el personal y los entornos de procesamiento.
También debe permitir ir mejorando paso a paso lo que ya se viene haciendo. La mejora gradual es lenta, pero no por ello debe dejar de resultarnos atractiva.
Supongamos, estimado lector, que su empresa es una bodega, un viñedo, una empresa de logística que almacena y distribuye, un comercio de repuestos para automóviles, o el tipo de negocio que usted imagine.

Usted es eficiente en su actividad, y considera que su empresa se encuentra altamente optimizada en el aprovechamiento de sus recursos y por ende en su rendimiento. Sus clientes están satisfechos con el producto o servicio que usted les brinda. En ese caso, usted ya ha incorporado a su actividad un sistema de calidad que satisface los requerimientos del entorno donde se ha movido hasta el presente, un sistema que no tiene un nombre determinado pero que le es de utilidad. ¿Para qué debería obtener un certificado de Aseguramiento de la Calidad, y por qué tendría que ser éste el otorgado por la ISO? 

Bien, Ud. aspira no solo a mantenerse en el mercado, sino a expandirse, sus clientes se han sumado en masa al torrente de empresas europeas y americanas certificadas, y comienzan a exigir que sus subcontratistas también estén certificados; exigencias de los nuevos consumidores; necesidad de encontrar ventajas competitivas; mantenimiento o impulso de una buena imagen empresaria, etc. Ya no es suficiente que Ud. haga bien su trabajo; además debe demostrarlo.

En cuanto a la ISO, sintetizamos diciendo que su gran valor está dado en que por su carácter de internacional ha prescindido de una problemática técnica específica, constituyéndose en un patrón apto para mensurar situaciones diferentes. Es por ello que en la actualidad la organización cuenta en todo el orbe con más de 100 países miembros. Esta es la razón de la credibilidad que otorga la certificación.

En el proceso que someramente hemos descripto, debe intervenir necesariamente un Organismo de Certificación. Estos son organizaciones independientes que evalúan el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de una compañía para verificar que los requerimientos establecidos en la Norma ISO están implementados, han sido documentados por escrito, y son cumplidos. El organismo representante de Argentina ante la ISO se denomina Instituto Argentino de Normalización (IRAM). Existen además otros organismos certificadores que operan a nivel multinacional y que también certifican en nuestro país, como ser: Bureau Veritas Quality International, Det Norske Veritas, Lloyd’s Register Quality Assurance, SGS Argentina S.A., etc.

Sin embargo, Ud. debe saber desde el principio que si bien es cierto que al adoptar un Sistema de Calidad dispondrá de una poderosa herramienta metodológica para conseguir la satisfacción de su cliente, y que a través de ese grado de satisfacción podrá medir el éxito de su organización, nunca deberá perder de vista su  producto o servicio, ya que son ellos los que le proporcionan su cliente y no su sistema de calidad. Esto quiere decir a las claras que si Ud. planifica fabricar un producto de calidad media dentro de un sistema que cumpla los requisitos de la norma, su producto final será “medio”.

Es momento entonces de decirle que el mercado tiende a la excelencia, ya no se conforma con productos medios, recuerde que Japón le demostró a Occidente que la “sociedad de consumo“ prefería la calidad cuando ésta era accesible.
Nos acercamos así al final del desarrollo. Pero quisiera redondear el artículo con algunos conceptos: en el mundo de la excelencia, no tiene cabida la mediocridad. Nadie puede dar lo que no tiene, pero existe una nueva arma y es la calidad. Debemos aprender a generar riqueza. No temamos a la competencia sino a la propia incompetencia. La calidad no se espera, se busca. Vayámoslo pensando. Hasta la próxima.

jueves, 11 de octubre de 2012

¿"Tamos en Harvard, chicos" ?


No, en realidad estamos en la República Argentina, nuestro país, que más que a Harvard se asemeja al Magic Kingdom de Disney.
Definitivamente, hemos perdido el rumbo. Ni siquiera nos respetamos entre nosotros. Lo vemos a diario en todos nuestros actos. Mentimos con una facilidad asombrosa, decimos cualquier cosa con total desparpajo, y ya ni nos asombramos. Queremos imponernos sobre otros, a costa de cualquier forma, muy pocas veces con ideas y en la mayoría de los casos en forma violenta.
Si conducimos un vehículo a la máxima velocidad permitida en una ruta, nos sorprendemos con otro que nos quiere pasar violando las normas, y con las luces altas y casi paragolpe con paragolpe, nos exigen que nos corramos…..o nos sobrepasan por la derecha o por la banquina !
Nos hemos transformado en patoteros, actuamos como ensoberbecidos.
Gritamos para que nos escuchen, pero hemos perdido la capacidad de escuchar. Nos amenazamos con facilidad. Hablamos de terceros que no conocemos con una liviandad temeraria. Los padres critican a los educadores en vez de avalarlos.
Nos tuteamos con una facilidad asombrosa, hemos perdido el respeto mutuo.
¿Por qué obramos así?  ¿Qué nos pasa? No podemos echarle la culpa de todo a quienes nos gobiernan, pero también es cierto que desde el poder nos mienten en forma alevosa. Eso también es maltrato.
Evidentemente es un problema de educación, una educación de la cual antaño hiciéramos gala. Ni siquiera me interesa en este artículo referirme al gobierno nacional, ni a los datos del Indec, ni a las justificaciones de los jueces de la democracia para cubrir a los gobernantes, ni siquiera a la acción permanente de denostar a los próceres de la generación del 80, que forjaron un modelo de Nación que fuera respetado por el orbe.
Y, hablando de democracia, viene a mi memoria que en el secundario la estudiábamos “como forma de gobierno” y “como estilo de vida”.
No hemos podido en casi 30 años mejorar la calidad institucional; al mejor estilo de Maquiavelo obramos como si para obtener un determinado fin fuera válido cualquier medio. ¿Hasta cuándo vamos a marchar en retroceso?
Hace pocos días participé de una reunión con unos dirigentes de un partido político que hoy por hoy tiene pocas posibilidades de acceder al poder. Me sentí cómodo entre ellos, y encontré válidos algunos de sus razonamientos. Me pregunté por qué me sentía tan cómodo, más aún cuando no formo parte de ningún partido. La respuesta estaba en la educación !!! Estaba hablando con gente educada, nadie subestimaba a nadie por pensar distinto, supieron escuchar, y fundamentar con ideas las disidencias. ¿Es tan difícil esto?
Entonces me pregunto: ¿Qué podemos hacer para ser mejores ciudadanos?; ¿Cómo cambiamos esto? Tenemos que empezar a pensar seriamente en esto, a tratar estos temas en los ámbitos educativos de todos los niveles, en aras de la convivencia y de la democracia. Como dicen los “chicos”: bajemos un cambio ! Hasta hace pocos años, Mendoza era un ejemplo nacional en el trato respetuoso, ni que hablar en el obrar; daba gusto vivir así. Concluyo diciendo que no es necesario estar en Harvard; tenemos que hacer de nuestra patria un ámbito de respeto, base para el desarrollo de una sociedad organizada.

Civilización o Barbarie


La señora Presidente, lo es de la Nación entera, no solo del 54 % que la votó.
Cuando el pueblo sale a manifestarse democráticamente, interpreta que se intenta ponerla nerviosa.
Los grandes gobernantes, deberían aprender a “tragarse algunos sapos”, en lugar de usar la cadena nacional para hacer catarsis con su disgusto.
Aprovechar las muestras de la ciudadanía para entender como amalgamar los intereses de los gobernados. Capitalizar las señales que se van dando.
Ello no haría más que enaltecerla en su función y tal vez continuar captando voluntades. Tiene la obligación de hacerlo, no es una opción.
Lo lógico es pensar que aún a quienes no la votamos, nos interesa especialmente que su gestión sea exitosa. Porque en ello “vamos todos”.
Pero sucede que, por el contrario, se desvaloriza la muestra ciudadana con comentarios tales como que la expresión popular se fundamenta en el cepo al dólar. Debe saber que el sentir es muchísimo más profundo: se trata del cercenamiento de los derechos y garantías expresados en la Constitución que pretende reformar para perpetuarse en el poder.
Todo ello sin mencionar que con anterioridad a la marcha pretenden asustarnos, haciéndonos saber que los “jóvenes de La Cámpora” saldrán a la calle para defender al gobierno. Defender de qué, o de quiénes ?????
El patoterismo típico de los gobiernos populares no va con nuestro estilo de vida. Son deformaciones de la educación adquiridas de origen, donde a falta de ideas todo se define en el plano de la fuerza.
En definitiva, lo que debe quedar claro es que este no es el camino del progreso, del bien común. Ni siquiera puede ser bueno para quienes la votaron, porque tarde o temprano las cosas vuelven a su lugar.
Llevamos casi 30 años de democracia, y a nuestra señora Presidente le cuesta escuchar la voz del pueblo. No hace falta esperar al 2015, debería tenernos en cuenta hoy, no somos sus enemigos, somos parte del Pueblo de la Nación.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Piratería del Asfalto


Me tocó enfrentar esta modalidad del delito durante los 90, desde un cargo gerencial en una empresa privada del Gran Buenos Aires dedicada a la logística de medicamentos. Obtuvimos el resultado “robo cero”, luego de tres años de esfuerzo sostenido.
Hoy se enseñorean en una nueva plaza: Mendoza; comenzaron en el rubro vinos y agregaron recientemente carne y alimentos en general. Conozco su accionar, van por todo mientras se los deje.
Con la finalidad de impedir que el flagelo se instale, crezca y produzca el efecto de devastación; acerco algunas ideas básicas dado que es fundamental la prevención; no dejarlos avanzar.
Entendemos por “situación de seguridad”, aquella en la cual los intereses vitales de una determinada organización, se hallan a cubierto de interferencias y perturbaciones sustanciales.
Las bandas de piratas del asfalto son grupos delictivos organizados y equipados con medios afines a sus objetivos (movilidad, armamento, equipos de comunicaciones, bloqueadores de celulares, etc), que actúan según procedimientos preestablecidos, en lugares que ellos eligen, valiéndose de los principios de sorpresa y libertad de acción, para apropiarse de mercaderías ajenas, mediante el asalto, secuestro y robo de las mismas, a fin de revenderlas en el mercado negro.
Entre los factores que actualmente condicionan la situación, se destacan: el bajo nivel de seguridad que las autoridades legalmente constituidas proporcionan a la población en general; así como el crecimiento constante del índice de hechos producidos por grupos cada vez mejor armados y entrenados que actúan sin limitaciones de tiempo y lugar en todo el país.
Erradicarlos implica un análisis exhaustivo de cada nodo crítico del proceso; sin omitir: seguros de cargas y requerimientos de seguridad según pólizas; depósitos clandestinos de almacenamiento; trazabilidad de las mercaderías; control de AFIP sobre los comercios (remitos, facturas, impuestos, etc). En general, no dejar librado al azar ningún eslabón de la cadena.
La situación de mayor peligrosidad es no hacer nada hoy “porque los siniestros en esta modalidad son de bajos guarismos” en nuestra provincia. Ello podría llevarnos a situaciones no deseadas, con perjuicios de importancia para comerciantes, industriales y productores en general. Y debemos saber que existen decenas de medidas concretas, que, aplicadas coordinadamente, resultan altamente efectivas para eliminar esta verdadero flagelo.

Dirección, Gerencia o Jefatura en el ámbito de la Seguridad Empresaria: definamos correctamente la posición


Durante los últimos diez años, me he preocupado por abordar la temática que hoy nos ocupa, ya sea a través de artículos publicados, foros empresariales, consultorías y asesoramientos efectuados, ámbitos académicos específicos, y también en distintas entrevistas laborales ante postulaciones para una posición específica.

Si bien es cierto que lo que detallaré a continuación se considera “básico” en el mundo del management al tratar las estructuras de las organizaciones, cuando las empresas definen una posición ante la necesidad de una búsqueda relacionada con la Seguridad (security), a menudo no tienen en cuenta cual será la misión que quien ocupe esa posición deberá cumplir, y por ende las funciones que se desprenderán de esa misión.

A los fines del desarrollo de este artículo, definiremos como misión la “razón de ser” de la posición o cargo, y como funciones, la “descripción de todas y cada una de las facetas que la persona a cargo deberá satisfacer” a los fines de cumplir con esa misión.

Entendemos por Seguridad Empresaria, aquella situación en la cual los intereses vitales de la empresa se hallan a cubierto de “interferencias y perturbaciones sustanciales”. De lo expresado se infiere que es una actividad engoblante, abarcativa, que comprende al objeto de su accionar (la empresa misma como un todo), para poder generar las condiciones que le permitan optimizar su rendimiento sin incidencias no deseadas. Consecuentemente, la Seguridad Empresaria, ejercida por un verdadero profesional del área, es esencial para la preservación de la entidad de la empresa.

La gestión de la seguridad implica conjugar secuencial y armoniosamente las acciones de planeamiento, organización, dirección, control y coordinación, conceptos en los cuales ya me he explayado en artículos anteriores.

Basten estos conceptos para comprender la magnitud y el alcance del management en la materia.

Ahora bien, cuando observamos las búsquedas laborales que en forma cada vez más intensa se efectúan en los distintos medios del mercado, referidas a Seguridad, es común que el pedido sea “responsable de seguridad”, lo cual no define nada más que el ámbito, ya que siempre el que ocupa un cargo es responsable por él, o por lo general se observa también el pedido de “jefe de seguridad”, con lo cual, si quien ocupa el cargo es el único especialista dentro de la empresa, se limita significativamente la función y la empresa no hace un aprovechamiento adecuado de un recurso que se supone valioso, si se comparte lo expresado hasta acá.

Veamos un ejemplo, si bien será simplificado a los fines de la interpretación: las áreas de recursos humanos, operaciones y finanzas, pueden contar eventualmente en su estructura y conforme a la magnitud de la empresa, con un director, un gerente y un jefe por cada área. Pero es común que el área de seguridad solo disponga de un “responsable”, que en la mayoría de los casos tendrá la categoría de Jefe. Posiblemente dependa de RRHH, con lo cual difícilmente se entere qué es lo que a la alta dirección le interesa a cada paso preservar (en su más amplio concepto), o tal vez dependa de Operaciones, con lo cual jamás podrá interactuar eficientemente en el más alto nivel para obtener el apoyo que la ejecución de las medidas de seguridad que implemente requieran, y limitará su tarea a lo mucho que esa área le imponga, descuidando la “entidad empresa” (¡¡¡ todo el resto !!!). ¿ Quién se ocupará entonces de la llamada inteligencia interempresaria, investigaciones corporativas, procederes internos del personal en lo que hace a su apoyo a la esencia de la actividad que esa empresa desarrolle, (fraudes, hurtos, etc.), relaciones con la comunidad dentro de su ámbito (fuerzas de apoyo, aseguradoras, asuntos legales, etc), seguridad personal de los ejecutivos, informes de antecedentes, otras acciones específicas propias del ámbito de la seguridad ?

Por otra parte, es más común que lo deseable, hallar que en algunos casos se desconoce cuáles son las diferencias entre Dirección, Gerencia y Jefatura, lo cual, si lo expresado tuviera validación, sustentaría la necesidad de analizar cuidadosamente este artículo, y se arribaría claramente a la conclusión de que quien ocupe el área de Seguridad en una empresa, necesariamente tiene que depender del máximo nivel, única forma de encontrar sustento en su accionar englobante.

En tal sentido, el cuadro que se muestra a continuación, constituye solo una aproximación que, con las correcciones a que diera lugar, debería ser tenido en cuenta a la hora de definir la conformación del órgano de dirección de Seguridad en la estructura de una organización empresarial privada.


DIRECCIÓN
GERENCIA
JEFATURA
Establece lineamientos Estratégicos para su área, en función de los objetivos empresariales.
Elabora, prueba e implementa normas y procedimientos para el cumplimiento de los objetivos de su área.
Ejecuta actividades, tareas y servicios puntuales.
Imparte Directivas “per-se”
Gestiona el área a su cargo en todas sus interrelaciones e implicancias, y desarrolla el  Planeamiento operativo
Ejecuta las acciones “eventuales”
Muy amplia libertad de acción
Adecuada libertad de acción
Limitada libertad de acción
Pensamiento y Liderazgo
Gestión
Ejecución
Supervisión y eventual corrección de directrices
Supervisión, Control y Ejecución
Ejecución y Control
“Qué”
“Cómo”
“Con qué”
Posibilidades
Probabilidades
Hechos ciertos
Incertidumbre
Riesgo
Certeza
Objetivos
Medios y objetivos
Medios
Creación
Administración
Ejecución

Si lo expresado requiriese de una mayor claridad, y conforme al tipo, magnitud y esencia de la actividad de la empresa que se trate, podríamos decir, por ejemplo, que el cargo debería ser:

  1. Directivo, si tuviera que abarcar la Seguridad de más de una empresa del mismo grupo (holding); es decir, si fuera necesaria su ingerencia en asuntos de Seguridad que excedieran a los propios de la empresa núcleo que lo contrata.

  1. Gerencial, en el caso de que tuviera que abarcar todos los asuntos de seguridad exclusivamente de la empresa que lo contrata, en forma integral.

  1. Jefatura dependiente de una gerencia, si se limitara el objeto del accionar de la Seguridad únicamente al ámbito de las operaciones de la empresa que se trate.

Este último caso, tal vez pudiera llevar consigo un no aprovechamiento completo del esfuerzo que la empresa empeña en contratar un recurso de alta especialización, y esto fundamenta la importancia de este artículo.

Debemos tener en cuenta que, cuando se analiza una organización y se ve en detalle su estructura, es la Misión (en términos de objetivos a alcanzar) la que nos debe “iluminar” para definir la Estrategia a adoptar para alcanzar los objetivos, y es siempre esta última la que determina la Estructura.

A modo de conclusión, unas pocas ideas básicas: El área de Seguridad requiere, necesariamente, ser conducida por personal idóneo.
La inserción del órgano de seguridad en la estructura de la organización requiere de un meticuloso análisis, asignándole la misma importancia que al resto de los campos de la conducción empresarial. Una decisión en tal sentido facilitará la creación de las condiciones para el sano desarrollo de la empresa, anticipándose en forma preventiva a perturbaciones exógenas, y optimizando el máximo aprovechamiento de los recursos disponibles.

Nada de lo expresado puede materializarse sin una Seguridad que incluya una permanente revisión innovadora y el eventual rediseño de los procesos, y estas acciones difícilmente se lleven a cabo en el nivel de una jefatura.

Antes que nos maten a todos


Con la finalidad de hacer un aporte en pos de minimizar daños, comienzo diciendo que la Seguridad es un problema de todos, deviene de un principio del Derecho Natural, que es la defensa de la vida. Su normativa se encuadra dentro del Derecho Positivo. Las Instituciones tienen la obligación básica de preservar la Seguridad con su accionar.

En la actualidad, una conjunción de situaciones de hecho tales como la aplicación de un garantismo exagerado y una permisividad que raya en la decadencia, sumado a falencias educativas y los efectos de la drogadicción, conforman un panorama donde se transita por el borde de lo que podríamos llamar la “apología del caos”. Por consiguiente, debe quedar entendido que la Seguridad, así como se trata de un tema donde todos tenemos participación, es una función indelegable del Estado.

 

Entiendo bien que cambiar radicalmente la situación tiene en el corto plazo un costo político, y requiere mucho apoyo al funcionario responsable (que debe ser alguien necesariamente idóneo)

Pero en 3 meses se detendrá el delito en los guarismos actuales, y en 1 año la calidad de vida mejorará sensiblemente. La Seguridad debe ser parte de nuestro acervo, de nuestra identidad, ya que somos gente de paz. Esto es, hacer Prospectiva para tener una vida comunitaria Segura. En definitiva, hacer “prospectiva”, es tener la “perspectiva” de un proyecto.

Continuar así ahondará el fracaso, y lo único que obtendrán nuestros gobernantes será una falta de adhesión que opacará logros eventuales en otras áreas.

 

Cuáles serían los objetivos básicos a alcanzar: preservar el orden público; asegurar la prevención de los delitos, así como la aplicación del Derecho; enfrentar al delito en forma integral.

 

Qué políticas podrían implementarse para alcanzar los objetivos esbozados en el párrafo anterior ?. Debe quedar entendido que es LA POLITICA quien debe “iluminar” la misión a cumplir. Y por otro lado, que el descalabro actual lo estamos pagando los ciudadanos con nuestras vidas. Entonces, la política de seguridad debe adoptar un giro estratégico fundamental, consistente en cambiar la actitud defensiva actual por una actitud netamente ofensiva, tendiente a enfrentar la delincuencia, sin perder de vista el equilibrio entre la prevención necesaria y la represión justa y adecuada a las conductas delictivas, dentro del marco de la Constitución y las leyes. Disponer sin titubeos de todos los instrumentos a disposición del Estado, a fin de combatir las amenazas. Jerarquizar cautamente los organismos de Seguridad mediante la adecuada valoración profesional de sus integrantes, reconociendo el  esfuerzo que realizan  (cuando corresponda), y propendiendo a su educación (primordial) y capacitación. A la vez, sancionar o promover severas penalidades para con los integrantes que se aparten del cumplimiento de sus funciones.

Educar, prevenir y sancionar, enfrentando al delito en sus causas y efectos. Promover la participación ciudadana en la lucha contra la delincuencia, entendiéndose por tal la coordinación y cooperación entre la comunidad y las Fuerzas de Seguridad y Policiales.

Prevenir y controlar la tenencia ilegal de armas, produciendo mediante sendos operativos iniciales, el desarme de toda la población que no acredite tenencia y portación. Combatir decididamente el narcotráfico.

 

Lo expresado es simplemente el bosquejo de un plan tentativo básico a considerar. ¿ Podremos hacer algo de esto, antes que nos maten a todos ?

 

martes, 9 de octubre de 2012

El Planeamiento Nacional y su Correlación con las Políticas.


En oportunidades, cuando la clase dirigente se refiere a que  “no existen políticas” en un área determinada, me pregunto si tendrán claro el concepto de que una “política” no constituye el punto de partida del Planeamiento Nacional.
Una “política”, es nada más y nada menos que el modo de acción seleccionado para la obtención de de los grandes fines nacionales, que así llamados, no son otra cosa que los objetivos a alcanzar por un país, es decir, a dónde “tiende” ese Estado.
Esos “fines u objetivos nacionales”, que forman parte del Planeamiento Nacional de Largo Plazo, necesariamente tienen que ser establecidos con anterioridad a las políticas definidas para alcanzarlos, concretarlos.
Los fines son permanentes, no se alcanzan, se perfeccionan, es por ello que antiguas terminologías los definían como objetivos, y las nuevas doctrinas reemplazan el vocablo “objetivos” por “fines”.
Los fines nacionales están relacionados con los grandes intereses nacionales. Estos intereses nacionales, constituyen las grandes aspiraciones de una Nación. Nacen de “un proyecto sustantivo de vida en común”, de valores compartidos, y por supuesto están enmarcados en la Constitución.
Pero sucede que usualmente se habla de políticas. ¿Se conocen clara y taxativamente los fines?; ¿Existe un Planeamiento Nacional que contenga esos fines, que deben estar perfectamente definidos?
Los fines deben reflejar las aspiraciones de la Nación en todos los ámbitos: comenzando por la identificación con los valores universales, y referidos al bienestar económico, a la calidad de vida, al desarrollo científico y tecnológico, a nuestra inserción e interrelación con el mundo, a la preservación del territorio, al desarrollo educativo y cultural.
Para ello, primero debemos conocer y mantener actualizados en forma permanente, respecto de todos los actores que pudieran tener ingerencia en nuestro desarrollo, cuáles son sus intereses, sus fines, sus políticas, sus estrategias. Las bases para ese conocimiento son proporcionadas por la Inteligencia Estratégica, pero no me he de referir a ella en este artículo, dado que será objeto de otro análisis.
Seguidamente debemos evaluar qué incidencia podrían tener sobre nuestra Nación, si existieran intereses contrapuestos, etc., y si estos amenazan nuestro desarrollo y en qué medida; para evaluar la forma de contrarrestarlos.
Existen distintas metodologías de utilidad para este tipo de análisis, tanto para la actualidad, así como técnicas de prognosis y prospectiva, para evaluar distintos escenarios probables a futuro.
Se requiere entonces que la clase dirigente política conozca detalladamente que esto surge de una permanente apreciación de situación estratégica a nivel mundial como marco, y luego en los ámbitos regionales y locales.
Confrontados estos aspectos, podremos establecer claramente los fines y su viabilidad, tendientes a preservar los intereses vitales de la Nación.
Es fundamental este proceso de Planeamiento Nacional, porque consustanciada la clase dirigente con él, recién ahí podremos hablar con idoneidad acerca de las políticas para concretar los fines.
Ahora bien, siendo el Planeamiento Nacional esencial para proporcionar las bases que permitan delinear el país que deseamos, los integrantes del Estado abocados a esta actividad, deben ser hombres y mujeres “casi ajenos” a la política, de probada trayectoria y sumamente idóneos en la materia. Es decir, lo ideal será que estos especialistas no vayan cambiando según cambian las autoridades constitucionales del país.
Deberíamos preguntarnos si existen ámbitos universitarios donde se capacite a jóvenes argentinos en este tipo de disciplinas, a la luz de la importancia de lo hasta aquí expuesto.
Cuando la Nación aprueba como válidos los “fines u objetivos” derivados del Planeamiento Estratégico Nacional, recién ahí los partidos políticos y sus representantes presentarán las diferentes políticas para alcanzarlos.
Como conclusión expreso que si lo anterior no existe o se desconoce, las políticas serán solo expresiones de deseo sin asidero.
Y, en consecuencia, propongo que, en lo general, el tema de los intereses nacionales y los “fines u objetivos” para alcanzarlos, sea un tema de conocimiento general de todos los ciudadanos argentinos, y comencemos a hablar de ellos, a analizarlos, a compartirlos, a sentirlos, a participar en cada ámbito en pos de ellos.
Y en lo particular, con absoluta especialización, pensar en la formación completa de los recursos humanos más idóneos para encarar la tarea del Planeamiento Estratégico desde el Estado, con una carrera de grado, considerando su importancia. Nuestro país lo merece.