miércoles, 10 de octubre de 2012

Piratería del Asfalto


Me tocó enfrentar esta modalidad del delito durante los 90, desde un cargo gerencial en una empresa privada del Gran Buenos Aires dedicada a la logística de medicamentos. Obtuvimos el resultado “robo cero”, luego de tres años de esfuerzo sostenido.
Hoy se enseñorean en una nueva plaza: Mendoza; comenzaron en el rubro vinos y agregaron recientemente carne y alimentos en general. Conozco su accionar, van por todo mientras se los deje.
Con la finalidad de impedir que el flagelo se instale, crezca y produzca el efecto de devastación; acerco algunas ideas básicas dado que es fundamental la prevención; no dejarlos avanzar.
Entendemos por “situación de seguridad”, aquella en la cual los intereses vitales de una determinada organización, se hallan a cubierto de interferencias y perturbaciones sustanciales.
Las bandas de piratas del asfalto son grupos delictivos organizados y equipados con medios afines a sus objetivos (movilidad, armamento, equipos de comunicaciones, bloqueadores de celulares, etc), que actúan según procedimientos preestablecidos, en lugares que ellos eligen, valiéndose de los principios de sorpresa y libertad de acción, para apropiarse de mercaderías ajenas, mediante el asalto, secuestro y robo de las mismas, a fin de revenderlas en el mercado negro.
Entre los factores que actualmente condicionan la situación, se destacan: el bajo nivel de seguridad que las autoridades legalmente constituidas proporcionan a la población en general; así como el crecimiento constante del índice de hechos producidos por grupos cada vez mejor armados y entrenados que actúan sin limitaciones de tiempo y lugar en todo el país.
Erradicarlos implica un análisis exhaustivo de cada nodo crítico del proceso; sin omitir: seguros de cargas y requerimientos de seguridad según pólizas; depósitos clandestinos de almacenamiento; trazabilidad de las mercaderías; control de AFIP sobre los comercios (remitos, facturas, impuestos, etc). En general, no dejar librado al azar ningún eslabón de la cadena.
La situación de mayor peligrosidad es no hacer nada hoy “porque los siniestros en esta modalidad son de bajos guarismos” en nuestra provincia. Ello podría llevarnos a situaciones no deseadas, con perjuicios de importancia para comerciantes, industriales y productores en general. Y debemos saber que existen decenas de medidas concretas, que, aplicadas coordinadamente, resultan altamente efectivas para eliminar esta verdadero flagelo.

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