No,
en realidad estamos en la República Argentina, nuestro país, que más que a Harvard
se asemeja al Magic Kingdom de Disney.
Definitivamente,
hemos perdido el rumbo. Ni siquiera nos respetamos entre nosotros. Lo vemos a
diario en todos nuestros actos. Mentimos con una facilidad asombrosa, decimos
cualquier cosa con total desparpajo, y ya ni nos asombramos. Queremos
imponernos sobre otros, a costa de cualquier forma, muy pocas veces con ideas y
en la mayoría de los casos en forma violenta.
Si
conducimos un vehículo a la máxima velocidad permitida en una ruta, nos
sorprendemos con otro que nos quiere pasar violando las normas, y con las luces
altas y casi paragolpe con paragolpe, nos exigen que nos corramos…..o nos
sobrepasan por la derecha o por la banquina !
Nos
hemos transformado en patoteros, actuamos como ensoberbecidos.
Gritamos
para que nos escuchen, pero hemos perdido la capacidad de escuchar. Nos
amenazamos con facilidad. Hablamos de terceros que no conocemos con una liviandad
temeraria. Los padres critican a los educadores en vez de avalarlos.
Nos
tuteamos con una facilidad asombrosa, hemos perdido el respeto mutuo.
¿Por
qué obramos así? ¿Qué nos pasa? No
podemos echarle la culpa de todo a quienes nos gobiernan, pero también es
cierto que desde el poder nos mienten en forma alevosa. Eso también es
maltrato.
Evidentemente
es un problema de educación, una educación de la cual antaño hiciéramos gala.
Ni siquiera me interesa en este artículo referirme al gobierno nacional, ni a
los datos del Indec, ni a las justificaciones de los jueces de la democracia
para cubrir a los gobernantes, ni siquiera a la acción permanente de denostar a
los próceres de la generación del 80, que forjaron un modelo de Nación que
fuera respetado por el orbe.
Y,
hablando de democracia, viene a mi memoria que en el secundario la estudiábamos
“como forma de gobierno” y “como estilo de vida”.
No
hemos podido en casi 30 años mejorar la calidad institucional; al mejor estilo
de Maquiavelo obramos como si para obtener un determinado fin fuera válido
cualquier medio. ¿Hasta cuándo vamos a marchar en retroceso?
Hace
pocos días participé de una reunión con unos dirigentes de un partido político
que hoy por hoy tiene pocas posibilidades de acceder al poder. Me sentí cómodo
entre ellos, y encontré válidos algunos de sus razonamientos. Me pregunté por
qué me sentía tan cómodo, más aún cuando no formo parte de ningún partido. La
respuesta estaba en la educación !!! Estaba hablando con gente educada, nadie
subestimaba a nadie por pensar distinto, supieron escuchar, y fundamentar con
ideas las disidencias. ¿Es tan difícil esto?
Entonces
me pregunto: ¿Qué podemos hacer para ser mejores ciudadanos?; ¿Cómo cambiamos
esto? Tenemos que empezar a pensar seriamente en esto, a tratar estos temas en los
ámbitos educativos de todos los niveles, en aras de la convivencia y de la democracia.
Como dicen los “chicos”: bajemos un cambio ! Hasta hace pocos años, Mendoza era
un ejemplo nacional en el trato respetuoso, ni que hablar en el obrar; daba
gusto vivir así. Concluyo diciendo que no es necesario estar en Harvard;
tenemos que hacer de nuestra patria un ámbito de respeto, base para el
desarrollo de una sociedad organizada.
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