Además de sentirme seriamente agraviado por la
degradación a la que día a día nos someten los actuales gobernantes, y el poco
empeño, eficacia e indolencia en y para consensuar políticas públicas que
tengan por finalidad establecer un marco de armonía en donde podamos desarrolar
nuestra vida en paz y dignamente, exijo un futuro Presidente que se ajuste al
siguiente decálogo, simple y fácil de interpretar:
- Terminar con las dádivas que maleducan a los
ciudadanos, al repartir los dineros públicos entre vagos que no se han
preparado para competir y prefieren no esforzarse ni por su
familia……….menos por el país. Lo necesario para satisfacer necesidades
básicas, que sea sin intermediarios, directamente del Ministerio correspondiente,
al indigente; y con fecha cierta de finalización.
- Revisar la ley de “matrimonio” igualitario y esas decadencias
morales típicas de Sodoma y Gomorra, de pretender que los jóvenes supongan
como válido que podrían existir tres opciones: “ser hombre, mujer u
homosexual”. No confundir.
- Solicitarles a los presidentes de los países
vecinos que en forma inmediata procedan a repatriar a todos sus
connacionales que no tengan en nuestro país un trabajo estable, ya que
nuestros hospitales no dan abasto para atendernos a todos los ciudadanos
argentinos, y el plan habitacional está lejos de satisfacer nuestras
propias demandas. Porque estamos abiertos a “todos los hombres del mundo
que quieran habitar el suelo argentino”, pero este es un país de trabajo.
- Adecuar los planes de educación vigentes (todos) a
altos principios de ética y moral, reeducando a las actuales generaciones
a fin de subsanar los vicios ideológicos en que han intentado sumirlas, y
a la vez ir aumentando gradualmente las exigencias. Terminar con la
nivelación hacia abajo.
- Liberar de inmediato a la totalidad de los
integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad encarcelados por el odio
de quienes perdieron la guerra que
ellos mismos iniciaron, e inhabilitar para la función pública a todos los
subversivos confesos que hoy ostentan cargos públicos.
- Evitar, mediante la disuasión y/o la represión; (sí;
la represión dentro del marco de la ley), que algún idiota vuelva a
repetir un corte de ruta, calle, u ocupación indebida; interponiéndose o
limitando los derechos de los que nos vemos privados de ir a trabajar, por
ejemplo. Y junto con ello, erradicar definitivamente de la vía pública a
las hordas de malabaristas, limpiavidrios y recolectores de propinas que
nos asaltan en cada esquina.
- Establecer de inmediato penas extraordinarias para
aquellos que descuiden el control exhaustivo y minucioso de los dineros
públicos.
- Rodearse de gente proba, eficaz, de espíritu
patriótico, que no tengan “complicidad con el pasado”, y no de bandas de
matones porque esto pudiera sumarles algún caudal de votos.
- Dar espacio en los medios a quienes sean útiles e
instructivos para escuchar, aunque piensen distinto, pero no a
delincuentes enmascarados armados con palos; estos solo deben ser filmados
para aportar pruebas a la justicia tendientes a su rápido y definitivo
encarcelamiento.
- Prometer
que nos va a hacer sentir nuevamente orgullosos de ser Argentinos; esto
es: dignos, preparados, educados, solidarios, con un sentido de pertenencia
a un conglomerado al que valga la pena pertenecer, y, en fin, orgullosos
de nuestra nacionalidad.
Futuro,
Presidente, futuro……
No
merecemos esto.
Se
anima ? Se trata de tomar la decisión.
Después de anunciar que satisfará este decálogo usted contará con el apoyo de
mi voto, y podrá empezar a gobernar.
La
Nación lo merece.
No se por qué la gente que lee no se anima a opinar. Mirá, me vienen a la mente los cortes de ruta que hace unos años hicieron que a quienes pertenecemos al rubro en el que trabajamos con mi marido, no les llegara mercadería muy importante de Brasil. Eso provocó que los Sres. "importadores" decidieran lo incoherente, vender al por menor, visitando a nuestros clientes (fácilmente ubicables con los cheques no propios con que se abonaba la mercadería) y ofreciéndoles la mercadería a precios de mayorista. Así se fue fundiendo el revendedor, cadena lógica en el orden comercial que uno conoce. Se rompió una cadena muy importante que hasta ahora no se recupera. No se necesita mucha imaginación para entenderlo, eso lo hicieron los K, así de fácil destruyeron la cadena de compra-venta y mucha gente quedó sin trabajo y sus empleadores aguantando juicios de sus ex empleados que aprovecharon las condiciones favorables (muy bien delineadas por la clase gobernante y sus cómplices enquistados en el poder) para hacer desaparecer a la clase media. Totalmente de acuerdo contigo Juan Carlos, hay que cambiar muchas reglas para levantar una Nación alicaída y no olvidarse de nadie, yo me animo a acompañar a quien acepte el reto, me sumo...
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